El León rugió y La Gallina sigue sin saber volar - Lo que dejó Millonarios vs. Santa Fe

El último partido de los cuadrangulares, el último clásico capitalino del semestre, lo ganó Independiente Santa Fe, en un partido minuciosamente calculado por el técnico Jorge Bava, en donde se logró ejecutar dos robos de balón en el área rival y dos goles en esas jugadas. El león consiguió la clasificación a la final del torneo Betplay, que se medirá contra el Independiente Medellín, en donde buscarán la tan ansiada estrella.

El equipo dirigido por Bava aguantó las críticas del ojo público cuando se referían a Santa Fe como “el rival más débil del grupo B”, pero con el liderazgo de su capitán Hugo Rodallega, la determinación y desborde de Frasica y Mosquera, la calma de Daniel Torres en el medio campo, y el guardameta Mosquera Marmolejo respondiendo cuando se le requirió. Con todos estos factores, Santa fe pudo superar las adversidades al comienzo de las instancias finales (perdiendo el primer partido contra Millonarios) y ese juego clave contra Atlético Nacional en El Campín.

Por otro lado, Millonarios sigue siendo víctima de su mayor némesis, depender de sí mismos. Al inicio del encuentro, una perdida de balón al borde del área por la inocencia de Nicolás Arévalo provocó la primera ocasión polémica del partido, gol de Rodallega. El VAR intervino en la jugada revisando un posible fuera de juego muy apretado por parte del delantero cardenal, y 7 minutos después, la historia se repite con un robo en la mitad de la cancha a Stiven Vega, ocasionando el segundo gol. Cuando pasa lo mismo dos veces en los primeros 10 minutos del partido, genera una desconfianza en el medio de cuadro embajador, porque si tus dos pivotes, que es la posición en donde tiene que haber más serenidad y más seguridad, fallan en los robos por la espalda, la estrategia de David González tuvo que hacer un giro de 180 grados para remar contra marea.

Pases complicados o comúnmente llamados “baldes” a tus compañeros, faltas a destiempo entrando en el juego de Santa Fe y enfriando el partido, centros a mediana altura, que no llegan a las cabezas de los jugadores altos, todos esos matices provocaron la eliminación de los embajadores, y con un gol de Radamel Falcao, que luchó todas las jugadas que disputó consiguió reducir la diferencia en el resultado con un excelente tiro libre.

Lo que significa para Santa Fe esta clasificación es vengar la final y el proceso que se hizo contra el Bucaramanga, y ahora tiene enfrente un equipo que sufrió en el todos contra todos, pero en su cuadrangular, supo corregir los errores que lo sometieron al inicio de la campaña. Ahora bien, David González tuvo un semestre debut complicado, ya que el estilo de juego de Millonarios, sumado a la poca eficiencia de ocasiones de gol, sigue sin satisfacer al hincha embajador.

Millonarios tiene que repasar nombre por nombre su nómina y tomar decisiones sobre los jugadores que les falta jerarquía y les pesa la camiseta en los partidos importantes. No obstante, el hincha de Millonarios en seis meses ha tenido que ver a sus dos acérrimos rivales llegar a una final (estando en el mismo grupo de Millonarios). De igual forma, ese hincha fiel que ha tenido Millos seguirá abonándose pase lo que pase.

Para la final, Bava tiene que plantear una final dividida en dos fases. La primera es la finalización de los contragolpes que generen, porque en este clásico se vio a un Santa Fe con transiciones defensa-ataque bastante rápidas pero con poca definición, dándole el tiempo a Millonarios de sumar más hombres en el área. Y la segunda es empezar con intensidad como contra el embajador, se vio la mejor intensidad de Santa Fe en un partido en los últimos años, y lograr eso en una final, generará más opciones de gol de la mano de sus figuras.

Todo el mérito lo tiene Santa Fe, que en momentos de sufrimiento supo aguantar los pelotazos generados por el cuadro azul y sacó adelante el resultado. Por otro lado, Millonarios muestra que depender de sí mismos es el cuarto rival en cuadrangulares en los últimos años, y con polémica o no, los partidos se ganan con goles, gallardía y cabeza fría.