Quintero habla de su futuro y revela las dificultades en su etapa con América
- Juan Manuel Ruíz

- 2 jul
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Juan Fernando Quintero decidió romper el silencio y poner un punto final a los rumores sobre su salida del América de Cali. En una entrevista con Carlos Antonio Vélez, en Antena 2, el mediocampista antioqueño confirmó su salida del club y denunció incumplimientos salariales, filtraciones de su contrato y un trato institucional que, según él, cruzó los límites del respeto.

Lo que debía ser un regreso soñado al fútbol colombiano terminó en decepción. A inicios de 2025, Quintero firmó con América de Cali, un fichaje de alto impacto para el fútbol nacional y un movimiento que ilusionó a una de las hinchadas más grandes del país. Su llegada no respondió únicamente a lo emocional: el jugador habló de un proyecto deportivo serio, de análisis táctico y de la intención de apostar por un proceso de largo aliento. A eso sumaba el deseo personal de volver al país, de sentirse arropado por su gente y de devolverle algo al fútbol colombiano.
Sin embargo, el paso de Quintero por América fue más turbulento que triunfal. Desde hace semanas, los rumores crecían: dejó de seguir al club en redes sociales, eliminó fotos con la camiseta escarlata y se hablaba de conflictos internos. La respuesta llegó directamente del jugador, quien afirmó que el club no solo incumplió con el pago completo de su salario, sino que también permitió (o protagonizó) la filtración de datos personales y contractuales.
“El trabajo es innegociable y la verdad es que América no ha asumido todo el salario mío. Ya me dijeron que no podían asumir lo que se debe y que no contarán conmigo por la situación que se presentó”, dijo con firmeza.
Más allá del dinero, la molestia de Quintero se concentra en la forma en que el club manejó su situación. Señaló como "grave" qué información privada, como una presunta estafa que sufrió, se haya filtrado a los medios desde adentro del América. “Si se filtró algo tan personal, debió ser alguien del club”, afirmó, visiblemente incómodo. Para él, ese fue el punto de quiebre. Una traición a su confianza y a su decisión de mantener la prudencia: “Nunca he hablado de temas personales por respeto. Pero si se sobrepasa el límite, hay que decir la verdad”.

Las tensiones no fueron solo extradeportivas. Quintero explicó por qué no jugó el último partido del semestre: Tenía una lesión en el ligamento colateral que lo llevó a jugar infiltrado en dos ocasiones. Aun así, estuvo siempre disponible para el equipo. Su relación con el club, a pesar del esfuerzo físico y personal, terminó deteriorándose hasta romperse del todo. Recibió un llamado de la dirigencia notificándole que no seguiría. Por eso le sorprendieron las declaraciones posteriores de la presidenta Marcela Gómez, quien sugirió que aún quedaba “una conversación pendiente”.
“Yo renuncié a un dinero para ir a América. Me parece extraño que la presidenta diga que tenemos una conversación pendiente cuando ya me dijeron que no contaban más conmigo”, expresó.
Incluso su viaje a Italia por el nacimiento de su hija fue interpretado por parte de la opinión pública como abandono, lo que lo llevó a aclarar la situación: no se ausentó por capricho, sino por una razón familiar de peso. De hecho, fue la desinformación en parte alimentada por rumores difundidos por terceros lo que lo motivó a dar la entrevista. “Todo el tiempo toca salir a desmentir cosas en Colombia”, repitió varias veces durante su entrevista con Vélez.
Por parte de la hinchada y de diferentes periodistas, siempre estuvo presente la opinión de que Quintero jamás debió llegar al club por evitar problemas económicos y salariales hacia él, criticando la salida de su otra estrella, Duván Vergara, y su reciente incorporación al exequipo de Quintero, Racing de Avellaneda. Pero viendo la otra cara de la moneda, hablan del mediocampista como el menos culpable y el más damnificado por la mala gestión por parte del club.
Con 32 años, y tras su paso amargo por Junior y América, Juanfer no duda sobre sus valores ni su rumbo. Dice que ya tiene definido su futuro, y aunque no lo confirmó del todo, habló de una eventual llegada a River Plate como director deportivo, un rol que lo alejaría del terreno de juego, pero no del fútbol. “Gracias a Dios tengo mercado”, dijo, explicando que aún tiene ofertas sobre la mesa, y confirmando que si se va, será con la cabeza en alto.
En estos momentos, Quintero se encuentra en una situación personal fuera del país, pero se espera que en los próximos días, su desvinculación con el club sea oficial.
Lo que deja este caso es más que una ruptura entre un jugador y un club. Es un espejo del fútbol colombiano: promesas que se rompen, contratos que no se respetan, silencio institucional frente a los señalamientos, y una cultura en la que se filtra todo menos la autocrítica. El fútbol no puede sostenerse solo en el amor del hincha. Necesita ética, compromiso y responsabilidad.
Y si una figura como Quintero, con todo su recorrido y visibilidad, vivió esto, ¿qué queda para los que no tienen cámara ni voz?



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